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Con la renovación de las riberas del Ebro se promocionó la relación entre el río y la ciudad. Sus nuevas aceras, espacios verdes, carriles bici y terrazas hacen de esta zona un espacio ideal donde pasear, hacer deporte o simplemente disfrutar de la naturaleza.

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Inicio: Parada de tranvía La Chimenea

Final: Parada de autobús Paseo Echegaray-Mercado Central, líneas 29 o 36

Puntos de interés: Puente de Santiago, Arboleda de Macanaz, puente de Piedra, puente de Hierro, Centro de Interpretación del Balcón de San Lázaro, Museo Diocesano y palacio de la Lonja.

Distancia de la ruta: 3 km.

Tiempo invertido: 1 h. 30 min.

Consejos: Calzado cómodo, no realizar en días de viento fuerte, recorrido propicio para pasear con los perros.

Dificultad: Muy fácil.

Calorías consumidas: 110 kcal. Es una ruta ideal para realizar ejercicio y cuenta con carriles bici a ambos lados del río.

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Comenzamos la ruta en la parada del tranvía La Chimena. Desde aquí llegamos al puente de Santiago para comenzar nuestro recorrido por la ribera izquierda del río Ebro. Este sobrio puente se inauguró en 1967 y se remodeló con motivo de la Expo de 2008, un gran acontecimiento que propició la renovación de las riberas del Ebro, así como sus aceras, avenidas y puentes, convirtiendo el río en un auténtico eje vertebrador de la capital aragonesa.

Al comenzar el recorrido podemos adentrarnos en la Arboleda de Macanaz, uno de los principales puntos verdes de la ciudad, donde la naturaleza cobra gran protagonismo. La arboleda conforma una zona ajardinada que fue un importante soto ribereño al que se accedía por la antigua pasarela que estuvo en funcionamiento hasta 1965. Los zaragozanos celebraban en ella la fiesta de la Cincomarzada y los almadieros que se dirigían a los aserraderos del Arrabal solían hacer allí una parada. Además, es una zona en la que podemos disfrutar de unas maravillosas vistas de la catedral del Pilar y de la Seo. Asimismo, encontramos aquí una interesante obra en bronce del escultor Manuel López encargada como monumento póstumo por la peña el Cachirulo: el busto de Demetrio Galán Bergua, ilustre impulsor y estudioso del folclore.

Tras atravesar la arboleda, llegamos al puente de Piedra, el más antiguo que se conserva sobre el río Ebro. De estilo gótico y perteneciente al siglo XV, ha sido restaurado en numerosas ocasiones debido a las crecidas del río. Andamos un poco más y llegamos al Centro de Interpretación del Balcón de San Lázaro, que abrió sus puertas a los visitantes en 2008. En él se pueden ver restos de las estructuras de los antiguos conventos de San Lázaro, posteriormente convertido en cuartel, y de Altabás, ambos destruidos durante Los sitios y la Liberación de Zaragoza.

Precisamente podemos visitar la nueva iglesia de Altabás desviándonos un poco de la ribera para emprender un recorrido por la calle Sobrarbe. En dicha iglesia, neoclásica, destaca su bello retablo, presidiendo el altar de San Gregorio Magno. Data de 1892, ya que la original, del siglo XIV y origen mudéjar, tuvo su primitivo emplazamiento junto al pretil del puente de Piedra en su orilla izquierda hasta 1813, año en el que se derrumbó como consecuencia de la voladura de la última arcada del puente en la salida de los franceses de Zaragoza durante los Sitios. Algunos de sus restos son los que se pueden ver, como se ha dicho anteriormente, en el Centro de Interpretación del Balcón de San Lázaro.

En la misma calle Sobrarbe, frente a Altabás, se encuentra la calle Jorge Ibort, nombre real del popularmente conocido como Tío Jorge. En dicha calle residió este héroe de los Sitios y justo aquí contemplamos una placa en su honor colocada en 1908 con ocasión del Centenario de Los Sitios, placa visible en la fachada de una casa que se levanta en el terreno que albergó el hogar del bravo Jorge Ibort y que recuerda la importancia del lugarteniente de Palafox en la defensa de la ciudad.

Salimos de nuevo a la calle Sobrarbe y en sentido hacia el puente de Piedra, a mano derecha, encontramos la calle Horno. Adentrándonos un poquito descubriremos un lugar con mucho encanto y apenas conocido, el callejón de Lucas, lugarteniente del tío Jorge y su sucesor en el mando de los paisanos armados. Se trata de la única calle cubierta de Zaragoza por la que se accede a una pequeña manzana interior de viviendas de ladrillo del siglo XVIII, con el cromatismo y alero típicos de las viviendas rurales de Aragón. Y si seguimos adentrándonos en el barrio del Arrabal llegaremos al parque del Tío Jorge, donde destaca el monumento en su honor.

Volvemos entonces a la ribera para seguir nuestro recorrido. Con el fin de favorecer el acercamiento del ciudadano al Ebro, el Ayuntamiento de Zaragoza diseñó 12 carteles informativos ubicados en ambas márgenes del río Ebro. A través de los mismos se informa, entre otros aspectos, de la flora y fauna de los ríos, del papel de las crecidas o del bosque de ribera. De la fauna sorprende la presencia de aves marinas como gaviotas o cormoranes, así como garcetas comunes o ánades reales. En el ecosistema fluvial, por su parte, destaca la presencia de siluros.

Llegamos así hasta el puente de Hierro, también llamado del Pilar, una de las primeras estructuras fijas que se construyeron sobre el río, en 1895. Podemos cruzar dicho puente y emprender el recorrido por la margen derecha del Ebro. Lo primero que encontramos es el Museo Diocesano de Zaragoza y palacio de los Reyes de Aragón. En él se incorporan restos de las estancias románicas, góticas, mudéjares y renacentistas, así como importantes elementos arquitectónicos recuperados de las obras de restauración del Palacio Arzobispal. El museo cuenta también con un gran repertorio de imágenes de la Virgen del Pilar y una galería de retratos de los arzobispos con obras de artistas tan notables como Bayeu o Goya.

Frente al puente de Piedra encontramos la sala de exposiciones de la Lonja, edificio construido entre 1541 y 1551 que desde su origen se utilizó como espacio expositivo. A raíz de muestras como la de Manuel Viola en 1972 y la de Pablo Serrano en 1975, se convierte en una sala de exposiciones permanente. En esta zona encontramos la escultura del caballito de bronce de Paco Rallo, como monumento al fotógrafo Ángel Cordero Gracia. Y en esta misma placeta está también el monumento a Lorenzo Pardo, promotor y primer director de la Confederación Hidrográfica del Ebro. De nuevo en la ribera, en 2008 se instaló la escultura en bronce Wild Relative, que según desde donde se mire parece abstracta o evoca una cara con expresiones diferentes en función de quien la contemple, como las nubes deformadas por el viento. Es una típica obra del prestigioso escultor inglés Tony Cragg.

A lo largo de este recorrido podemos detenernos a contemplar todas estas esculturas, así como las preciosas vistas desde los diferentes miradores que encontramos a ambos márgenes del río. También es posible parar a descansar o tomar en algo en los bares o quiscos situados a ambos márgenes del río. En verano es especialmente interesante detenernos en el embarcadero náutico situado pasado el puente de Piedra, donde tendremos la oportunidad de realizar un paseo fluvial por el río.

Si continuamos nuestro camino por la ribera podremos contemplar la parte trasera de la Seo, el Pilar y el Ayuntamiento hasta llegar de nuevo al puente de Santiago y terminamos la ruta en la parada de autobús de Paseo Echegaray y Caballero, donde podemos coger los autobuses de las líneas 29 o 36. Esta parada está situada frente a la avenida César Augusto, donde podemos contemplar restos de la antigua muralla romana. Construida entre los siglos I y III d.C., su función era proteger a la ciudad de Caesar Augusta, denominación romana para la actual Zaragoza.

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